Rascacielos blanco
Lo bueno de ser escritor es que agudizas tus sentidos. Te vuelves observador de la efímera cotidianidad, al menos entre paréntesis rodeados de la somnolencia general y global. Una brizna de brisa podría inspirar el embrión de una novela. No hay tiempo para escribirlo todo. Lo inspirado suele acabar en la nada más hueca. Lo… Leer más Rascacielos blanco