Solo oro
Una persona muy cercana a mí se lamentaba de su mala situación económica. Pongamos, por ejemplo, que se llamaba Calígula, por sus aires de emperador prepotente: —¡Qué mala suerte la mía! —exclamaba—. He intentado ahorrar durante años y no lo he conseguido. Me han denegado un aumento de sueldo. Y mi esposa no quiere vender… Leer más Solo oro