Dolinga
Una maestra zen hablaba a sus pupilas y pupilos. Su voz era serena y en su faz tenía, como si estuviera tallada, una ligera y perenne sonrisa. Era la hora de la comida. Ella percibía perfectamente el nerviosismo en el ambiente. Sin embargo, como era habitual, alargaba el hambre de su grupo con una de… Leer más Dolinga